miércoles, 27 de diciembre de 2006

Antikythera

Investigadores de la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido, lograron descubrir cómo funciona el mecanismo de ”Antikythera”, el que fue encontrado en 1901 entre los restos de un naufragio romano. Este permitía predecir los eclipses lunares y solares por medio de cálculos matemáticos babilónicos.

De acuerdo con las reconstrucciones realizadas, se trataría de un mecanismo que usa engranajes diferenciales, lo cual es sorprendente dado que los primeros casos conocidos previamente son del siglo XVI. Por eso se suele considerar como un oopart.
(Oopart es el acrónimo en inglés de Out of Place Artifact (literalmente, Artefacto fuera de lugar). )

Empleando técnicas de tomografía lineal, Michael Wright, especialista en ingeniería mecánica del Museo de Ciencia de Londres, ha realizado un nuevo estudio del artefacto. Wright ha encontrado evidencias de que el mecanismo de Antiquitera era capaz de reproducir los movimientos del Sol y la Luna exactamente, empleando un modelo epicíclico ideado por Hiparco, y de planetas como Mercurio y Venus, empleando un modelo elíptico derivado de Apolonio de Perga.

No obstante, se sospecha que parte del mecanismo podría haberse perdido, y que estos engranajes extras podrían haber modelado los movimientos de los otros tres planetas conocidos en la época: Marte, Júpiter y Saturno. Es decir, el dispositivo podía haber sido capaz de predecir, con un grado más que respetable de certeza, las posiciones de todos los cuerpos celestes conocidos en la época.


Estos mecanismos eran esenciales en las sociedades primitivas para fijar los tiempos agrícolas y las celebraciones religiosas. El dispositivo tiene alrededor de 30 engranajes de bronce hechos a mano que son una representación mecánica de una teoría desarrollada por el astrónomo griego Hiparco.

El astrónomo explicaba en su teoría, las irregularidades del movimiento de La Luna en el cielo derivadas de su órbita elíptica. Era uno de los cuatro grandes astrónomos alejandrinos, porque con sus estudios realizados en la ciudad de Alejandría determinaron un período de gran florecimiento de la astronomía griega.

Reconstruccion del Antikythera



Todavia no sa han publicado las inscripciones que poseia sobre la superficie, por este motivo es que la reconstruccion no posee ninguna.

Links

http://www.nature.com/nature/journal/v444/n7119/abs/nature05357.html
http://www.culture.gr/2/21/214/21405m/e21405m4.html
http://en.wikipedia.org/wiki/Antikythera_mechanism
http://www.datafull.com/noticias/index.php?id=10097

Antimateria

La Antimateria es la contraparte de la materia , su exitencia afirma la teoria de la simetría universal de la fisica que dice que cada elemento del universo tiene su contraparte, o sea, materia-antimateria. La antimateria está compuesta de antipartículas de las partículas que constituyen la materia normal.

Un átomo de antihidrógeno, por ejemplo, está compuesto de un antiprotón de carga negativa orbitado por un positrón de carga positiva. Si una pareja partícula/antipartícula entra en contacto entre sí, se aniquilan y producen un estallido de energía, que puede manifestarse en forma de otras partículas, antipartículas o radiación electromagnética.

Pero, ¿existe en realidad? ¿Hay masas de antimateria en el Universo? Si las hubiera, no revelarían su presencia a cierta distancia. Sus efectos gravitatorios y la luz que produjeran serian idénticos a los de la materia corriente. Sin embargo, cuando se encontrasen con esta materia, deberían ser claramente perceptibles las reacciones masivas de aniquilamiento resultantes. Así, pues, los astrónomos se afanan en observar especulativamente las galaxias, para comprobar si hay alguna actividad inusitada que delate las interacciones materia-antimateria.

¿Es posible, pues, que el Universo esté formado casi enteramente por materia, con muy poca o ninguna antimateria? Y si así es, ¿por qué? Dado que la materia y la antimateria son equivalentes en todos los aspectos, excepto en su oposición electromagnética, cualquier fuerza que crease una originaría la otra, y el Universo debería estar compuesto de iguales cantidades de una y otra.

Éste es el dilema. La teoría nos dice que debería haber allí antimateria, pero la observación se niega a respaldar este hecho. ¿Podemos estar seguros de que es la observación la que falla? ¿Y qué ocurre con los núcleos de las galaxias activas, e incluso más aún, con los cuasares? ¿Deberían ser esos fenómenos energéticos el resultado de una aniquilación materia-antimateria? ¡Probablemente no! Ni siquiera ese aniquilamiento parece ser suficiente, y los astrónomos prefieren aceptar la noción de colapso gravitatorio y fenómenos de agujeros negros, como el único mecanismo conocido para producir la energía requerida.

Algo de Historia

La primera detección de antimateria la realizó Dirac en los años 30, encontrando positrones (antielectrones) en la radiación cósmica que llegaba a la Tierra. Posteriormente, sobre todo a partir de los años 50, con el uso pacífico de los grandes aceleradores de partículas, se fueron produciendo o descubriendo muchas de las antipartículas elementales. Actualmente, las antipartículas elementales, sobre todo los antiprotones, se pueden obtener, detectar, recolectar, confinar y almacenar, usando sofisticadas tecnologías basadas en los aceleradores de partículas y las acciones de los campos magnéticos. En abril de 1996 se abrieron unas nuevas e interesantísimas posibilidades con la obtención, no ya de antipartículas elementales, sino de unos verdaderos 11 preciosos antiátomos de antihidrógeno. Se trataba del experimento PS210 y lo consiguieron científicos alemanes y europeos en las instalaciones del CERN en las afueras de Ginebra. Desde entonces ello se ha repetido y mejorado.

¿Qué interés práctico puede tener la "domesticación" de la antimateria?. Uno de ellos es como fuente energética en aplicaciones concretas. Por ejemplo, con el uso de antimateria y su aniquilación controlada, con la correspondiente materia, los depósitos de combustible de los cohetes y vehículos espaciales podrían reducir su volumen a menos del 10% del actual, permitiendo recorridos más largos y de mayor duración. Para conseguir esos fines el proyecto ICAN-II está en fase de Investigación, en la Universidad de Pennsylvania. También se están estudiando los diseños adecuados que permitan el uso médico de los rayos de antiprotones, bien para implantar nuevos y más potentes métodos exploratorios de análisis de zonas corporales, o bien como verdaderos proyectiles destructivos de zonas tumorales previamente señaladas como blancos o dianas.